He pensado que después de tanto tiempo sin escribir, lo mejor era retomarlo con un post sobre mis vacaciones de Semana Santa en Biarritz, Francia. Han estado geniales, empezando por la maravillosa estancia en el hotel du Palais, visitando pueblos cercanos llenos de encanto y terminado de tapas en Hondarribia. El clima de la semana, el entorno y por supuesto la persona que ha estado a mi lado lo han hecho perfecto.
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| Hotel Du Palais |
Primero os hablaré del hotel, el edificio fue originalmente la residencia de verano de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. Fue construido en 1854 en estilo Segundo Imperio. Entonces conocido como
Villa Eugenie mantendrá este nombre hasta 1893, cuando se transformó en un palacio y cambió el nombre del Hôtel du Palais. Actualmente tiene 5 estrellas y se adjudicó en mayo de 2011 la "Distinción de Palacio". Si os interesa saber más aquí os dejo un enlace
Hotel du Palais. Llegamos por la tarde comimos en el hotel y realizamos un recorrido por la playa y la ciudad, es la segunda vez que visitamos Biarritz por lo que disfrutamos con tranquilidad del paseo. Las panorámicas desde el hotel con el mar a los pies y la vista de la roca de la Virgen son espectaculares, las puestas de sol únicas. No es de extrañar que la emperatriz se enamorara del lugar cuando pasaba por allí de viaje hacia España.
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| Restaurante La Rotonde. Hotel Du Palais |
Vistamos San Juan de Luz, un precioso pueblo pesquero separado de Cibourne únicamente por el puerto y el rio Nivelle. Disfrutamos de un tranquilo recorrido por sus calles contemplando los edificios, nos acercamos a la playa y su paseo marítimo, llegamos hasta el puerto desde el que se contemplaban las casas de colores de Cibourne al otro lado del rio. Por la tarde regresamos al hotel, disfrutamos de la playa, de un relajante masaje y baño en el impresionante Spa del hotel, finalizamos el día con una cena acompañada de piano en el restaurante La Rotonde, en el mismo hotel, este restaurante está galardonado con una estrella Michelín.
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| San Juan de Luz |
Al día siguiente visitamos algunos pueblos más, La Bastide-Clairence y Espelette. El primero nos sorprendió por el encanto de sus casas y el entorno natural de montaña en su máximo esplendor primaveral. En Espelette degustamos un riquísimo paté de pimientos típicos de la localidad. Era curioso contemplar las fachadas de las casas con los pimientos secando al sol. Desde aquí realizamos una reserva para comer en hotel-restaurante Chateau de Brindos. En los años ochenta, Serge Blanco fue un jugador de rugby de la selección francesa, era amante del deporte y de la buena gastronomía y es el propietario de este lugar silvestre y romántico. El castillo se yergue cerca del mayor lago privado de Francia, es un lugar perfecto para pasear y relajarse. La comida excelente, cuidada presentación, buen sabor e ingredientes naturales del lugar. De vuelta en Biarritz aprovechamos para pasear por la ciudad y realizar algunas compras.
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| La Bastide-Clairence |
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| Espelette |
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Hotel-restaurante Chateau de Brindos
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El domingo regresamos para Madrid pero antes paramos a comer en Hondarribia, un pueblo muy bonito, con gran encanto y buenas tapas. En definitiva cuatro días de relax y desconexión. ¡¡¡¡¡QUIERO REPETIR!!!!!.
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| Hondarribia |
